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O como dice nuestro querido refranero, “No se puede estar en misa y repicando”. El artículo de hoy es un canto a la prudencia, a que las cosas hay que tomarlas con calma y pensar muy bien qué se hace con el tiempo que tenemos. Creo que es importante ser decidido, lanzarse a conquistar nuevas metas desarrollando proyectos diferentes en los que aunar trabajo y esfuerzo. Es más, muchos de los colaboradores de Social Musik hemos puesto en marcha múltiples iniciativas en las que colaboramos intentando ayudarnos los unos a los otros. Por poner algunos ejemplos tenemos Clásica FM, Innova Música, la Barbieri Symphony Orchestra, o Voces del Más Aca. Todos de gente de la casa.
Sin embargo, y pese a que animo a cualquiera a lanzarse a la carrera, no hay que perder el norte comprometiéndose a más de lo que se puede, entendiendo esto desde dos puntos de vista. El primero se relaciona directamente con el título del artículo, y es que a todo no se llega. Llegará un momento en el que por tiempo o por energías no podáis dar más de vosotros, y ese punto implica haberse pasado de frenada. Quien mucho abarca poco aprieta – por seguir con el refranero – y a veces es mejor apartar proyectos o simplemente decir que no, antes de que el agobio os pueda y que en un arrebato os entren ganas de mandar todo al cuerno.
La segunda parte de esa pasada de frenada de la que hablábamos corresponde al aspecto interno de esta posible situación, ya que tener muchas cosas en la cabeza puede afectar a no estar al cien por cien cuando nos dedicamos a cada una de ellas. Hoy en día ser multitarea parece la obligación suprema a la hora de hacer nuestro trabajo, pero puede derivar en ser descuidados y atolondrados, o simplemente que haya despistes que impidan que deis lo mejor de vosotros mismos. Si estáis tocando en una orquesta, desarrollando un proyecto, dando clases y además intentando conseguir conciertos para vuestro quinteto puede que unas actividades interfieran con otras – más allá de la propia problemática espacio-temporal para cuadrar horarios y lugares. Estaréis ensayando con idea de a quién escribiréis para lograr el concierto, porque además tenéis que ensayar la obra nueva que puede que sirva también para que la escuche ese alumno un poco vaguete que estáis intentando motivar… la lista puede hacerse muy larga y todo redunda en no dar el máximo de vosotros mismos en cada momento.
Es importante establecer prioridades para abordar nuevos proyectos Clic para tuitear
Llegados a este punto sólo hay dos soluciones posibles. O bien podéis con todo y os doy mi más sincera enhorabuena, o bien hacéis una cosa muy simple: priorizar. De todo ese abanico de posibilidades que tenéis frente a los ojos preguntaros cuáles son las más adecuadas para alcanzar vuestras aspiraciones apuntalando así vuestra carrera camino de los objetivos que tenéis planteados. Marcaros pautas y analizad cual será la mejor manera para proceder, y una vez lo tengáis mínimamente claro – hay personas que saben perfectamente qué quieren ser en treinta años y otros sólo saben que quieren hacer el año que viene, cada uno a su ritmo – id a por ello. Ayudad siempre al resto pero involucraros en los proyectos que realmente os sirvan, aunque sea remotamente, a conseguir un objetivo. De esta forma estaréis dando los primeros pasos para conseguirlo.