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Tecnología

El problema del streaming

by Miguel Rodríguez8 junio, 2016

Conciertos, óperas, performancesel universo de las artes escénicas ha vuelto los ojos hacia el streaming como una forma más de acercarse a las audiencias de todo el mundo. No hay duda de que a priori el impacto para una agrupación es positivo, y desde la Berliner hasta la Real Filharmonía de Galicia se han sumado a esta corriente en un intento de conectar con públicos que, de otra manera, difícilmente se acercarían a sus auditorios.

Sin embargo, como en todo proceso, esta implantación se está encontrando con problemas de diversa índole sin, en opinión de algunos, ser realmente eficaz a la hora de transmitir el concierto en sí. Para empezar las orquestas, como instituciones, han de pactar las condiciones de esa retransmisión tanto internamente – convenios colectivos, pagos extraordinarios a músicos, etc. – como externamente – permisos por parte de los solistas, director, etc. – con todas las complicaciones que eso conlleva. Hay que hacer la inversión– equipo, realización en directo, derechos de autor – y ha de ser grande, pues ya que se ofrece un canal de acceso a la orquesta éste debe ser atractivo para que el público, especialmente el nuevo público, sea seducido por la propuesta. En otras palabras: una cámara fija y una calidad de grabación baja pueden espantar al espectador.

Al apartado anterior habrá que añadir qué queremos retransmitir exactamente, si todos los conciertos, sólo una parte de los mismos, únicamente algunos especiales… Si queremos captar público será difícil hacerlo con una obra contemporánea difícil para el oído poco entrenado, llevando al posible oyente a abrir otra pestaña en el buscador y olvidarse de nosotros. Todo esto deberá seguir una estrategia marcada por la gerencia de la institución para que la apuesta no sea en balde, pues el proceso es complejo y costoso.

orquesta streaming

Entroncando con la estrategia a seguir deberemos marcar unos objetivos que den sentido al plan de acción a seguir. ¿Vamos a cobrar por el streaming? ¿Se verá sólo en nuestra web? ¿También en redes sociales? ¿Dejaremos luego vídeos cortos para que se vean fragmentos del concierto? Cada pregunta tiene muchas posibles respuestas que definirán el producto final que ofrezcamos y el gasto que realicemos.

Ya, podéis decir, pero unas líneas más arriba ya has dicho que hay gente que está en contra del streaming como forma de retransmitir un concierto… ¿eso cómo se come? Lamentablemente, y es algo que debemos tener muy en cuenta, a la hora de retransmitir cualquier evento, y más concretamente un concierto, la calidad del sonido ha de ser máxima. Es cierto que los medios actuales permiten lograr unos estándares fantásticos y la audición es una delicia en un buen equipo, pero un aria de ópera, un movimiento de un concierto, en definitiva cualquier hecho musical que se precie es indispensable verlo en directo. La atmósfera que se crea en el concierto es única, mágica si me permitís, y las sensaciones que se transmiten en el momento son increíbles, haciendo imposible que se pueda recrear en otro lugar que no sea el auditorio. Ahí está el reto y la dificultad.

Streaming como herramienta, genial, pero nunca como sustituto del concierto en directo. Esa es mi opinión al menos.

¿Cuál es la tuya?

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Miguel Rodríguez
Fagotista, escritor y gestor cultural. Director técnico en la Barbieri Symphony Orchestra y colaborador en Conciertos Vitoria S.L.

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