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Tres ideas para el cambio.
Hace unas semanas un artículo publicado en El Mundo cuestionaba la utilidad de los conservatorios superiores poniendo sobre la mesa ejemplos de músicos de gran relevancia que no pasaron demasiado tiempo en las aulas, creyendo que podrían aprender fuera del sistema actual… y el tiempo les ha dado la razón. Clásica FM también se hizo eco del artículo y planteó en uno de sus programas el tema… y aquí en Social Musik no vamos a ser menos, por lo que aquí van mis tres claves fundamentales, entre otras muchas posibles, que podrían servir para empezar:
No digo que el currículo actual haya que tirarlo a la basura, pero poco falta. El instrumentocentrismo no responde a la necesidad actual de nuestra sociedad – ya lo comenté en otro artículo hace un tiempo – y sin embargo seguimos igual. Toca, estudia, y hazlo mejor que el resto. Esa especialización, y repito esa en particular, está obsoleta, a ver si nos vamos dando cuenta. No digo que no haya que estudiar y tocar bien, ojo, pero sí hace falta saber más cosas como un poco de historia de la música, de análisis, conocer el contexto de cada composición, algo de marketing, un poco de gestión, redes sociales, programas informáticos, etc… y saber aplicar todo ello a nuestro proyecto personal. La sociedad sigue demandando música clásica, pero tenemos que ver de qué manera conectamos esa demanda con la oferta actual. Ese es el reto, y por muchas horas que nos pasemos en la cabina no vamos a conseguir solucionarlo. Y el actual currículo no es precisamente una ayuda en ese sentido.
Tanto para profesores como para alumnos. No puede ser que las plazas para alumnos de nuevo ingreso salgan para cubrir vacantes del claustro. Si sólo hay un alumno con nivel para entrar en un grado superior, pues que solo entre uno, y si hay tres profesores igual es que sobran dos. No digo que haya que despedir a nadie, sino reorganizar y evaluar los criterios de acceso al superior, ya que de esa manera mejoraremos aún más el nivel de nuestros centros y de paso evitaremos crear instrumentistas frustrados que crean que pueden dedicarse a esto porque en grado medio eran los mejores y les han cogido en un superior de aquellas maneras. Y es que cuando lleguen al mercado laboral será tarde.
Las 3 C que cambiarán los conservatorios: currículo, convocatoria y calidad Clic para tuitear
Sin embargo también he hablado del profesorado, porque no nos engañemos: las plazas para conservatorios superiores brillan por su ausencia. En el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid no han salido plazas de catedrático – y si me equivoco con el dato por favor que se me corrija – desde mil novecientos ochenta y nueve. Que se dice pronto. Y sin embargo algún sagaz lector puede preguntarse ¿y entonces cómo lo hacen? Pues nuestra fantástica administración cubre las plazas con las famosas comisiones de servicio, que según la ley – repito que si me equivoco por favor se me corrija – están pensadas para cubrir cargos durante dos años como máximo, y aquí estamos, con profesores con plaza en un conservatorio de Enseñanzas Profesionales “de prestado” en los superiores. ¿Cómo va a poder desarrollar bien su labor un profesor en estas condiciones? Sobre esto hablaremos en otro momento, ya que si bien ya he dicho algo en contra de algunos profesores en anteriores artículos, bien es verdad que esto es inaceptable y todos debemos luchar en contra de esta situación.
Realmente esto es un resumen de las dos propuestas anteriores, ya que más que un objetivo debería ser el ideal que mueva todo el sistema para que poco a poco vaya mejorando. Un mejor currículo o una selección adecuada del profesorado, con plazas bien estructuradas y evaluaciones periódicas como en cualquier universidad – que aunque se nos ningunee seguimos hablando de enseñanzas equivalentes al grado universitario – son metas a largo plazo tal y como están las cosas ahora mismo, pero querer mejorar entre todos dentro de las posibilidades que estén en nuestras manos es algo factible. Toda la comunidad educativa ha de poner de su parte para dignificar esta profesión, ya sea para hacer piña contra el ostracismo administrativo en el que vivimos y conseguir la ansiada equiparación con la universidad, como para eliminar aquellos elementos del sistema que perjudiquen la buena marcha del mismo.
Iniciativas como esta página y otras como Activa Clásica, Emusicarte, Audition Trail – por nombrar algunas – son el resultado de esta problemática; de ofrecer pequeñas soluciones a un problema que parece imposible de resolver. Estoy seguro de que si desde los centros empezase a movilizarse el profesorado, desde fuera encontrarían muchos apoyos para defender la causa. Aunque solo fuese por nosotros, por los futuros músicos y sobre todo por dignificar de una vez por todas a la música.
Hola Miguel,
Por supuesto y como siempre, de acuerdo en el fondo del asunto.
Sólo una puntualización, si me permites.
Las plazas de catedráticos del conservatorio Superior de Madrid es cierto que están cubiertas en comisión de servicios, pero en este caso (al contrario que en otras autonomías ), tienen su razón de ser.
Dichas plazas salieron en su momento a concurso oposición, con baremo de méritos y prueba práctica, las dos cosas.
Cualquier aspirante podía acceder de forma libre a las pruebas.
Lo que ocurre es que la manera que tiene la administración de poder contratar para ese puesto a personas que superaron las pruebas pero estaban en otro destino, es solamente por comisión de servicios entre puestos distintos dentro de la misma administración, un recurso legal. Estas plazas en concreto no tienen nada que ver con lo que mencionas ya que están cubiertas legalmente. Todos los profesores que las ocupan en su momento superaron dichas pruebas.
Saludos cordiales,
Carolina
Claro que te permito Carolina! Es mas te agradezco que te tomes la molestia en ilustrarme a mi y a todo lector del articulo!
Yo el dato lo he sacado de conversaciones con profesores de atocha, que me comentaron esto en alguna ocasión quejándose además de tener que renovar la comisión… Esto motivó una iniciativa por parte de la directiva para regularizar la situación del profesorado del conservatorio cuando yo estuve en el consejo escolar del mismo, aunque dios sabe donde habrá acabado.
Por esto y por conocer situaciones de impugnación de plazas, de listas de interinidades mezcladas con dudoso rigor y otras situaciones puse el ejemplo de Madrid y no me metí en berenjenales de otras autonomías, que en este país en lo que a educación se refiere cada taifa hace lo que le conviene…
Gracias otra vez por tu aportación!
Estimada Carolina,
Si bien el procedimiento que mencionas se sujeta a derecho, o al menos así lo entiende la administración competente (Alcalá 32), el argumento que sostiene Miguel conserva toda su legitimidad.
Si hace 24 años que no se convocan oposiciones a Cátedras (obsérvese la reciente creación del Cuerpo de Cátedráticos) y se opta por un modelo que destila corporativismo (que es el modelo reclamado explícitamente en tiempos recientes) es porque realmente nunca se ha deseado otra cosa. A unos porque les ha supuesto el acceso inmediato a estancias superiores con rendimientos comparativamente inferiores y a otros porque, ostentando la condición de catedráticos, afirman desde la seguridad laboral las virtudes de poder contar con modelos de contratación que permitan la inmediatez en la calidad.
Se sigue pensando que la música es una disciplina especial (como si la medicina, la astrofísica o la mecánica no lo fueran) que requiere un entorno necesariamente diferenciado al resto de enseñanza superior, en una especie de locus amoenus. Esta afirmación ha sido conducida por aquellos que gozaban de influencia de manera imparable y acompañada incluso de construcciones teóricas extremadamente minuciosas y harto válidas desde el punto de vista legislativo. Desgraciadamente esto fue suficiente para omnubilar al legislador, que llevó a medio camino estas iniciativas, agotada su fuerza como consecuencia de su falta de iniciativa propia.
Volviendo al artículo de Miguel, por mucho que se hayan encontrado maneras de acomodar la realidad actual, como la de flexibilizar la naturaleza de una comisión de servicios, no se previene la realidad de que la educación superior musical española deja muchísimo que desear, y que como consecuencia de ello tengamos a personas que afirman que son los mejores solistas gracias a que se evitaron dos horas de armonía a la semana.
Un abrazo a ambos y espero que tengamos la oportunidad de organizar un debate en profundidad sobre el asunto.
Lo de las comisiones de servicios ha de mirárselo el Conservatorio Superior de Asturias, donde sus profesores llevan 15 años en comisión de servicios.. Y por no hablar de la no posibilidad de compaginar, en el caso del profesorado, conciertos y docencia, teniendo que elegir entre una de estas dos opciones, pues si deciden hacer las dos la administración les pone de patitas en la calle (como ya ha ocurrido) En fin, una vergüenza.
Lo de las compatibilidades lo dejamos para otro articulo, porque también es de guasa… Ha habido problemas desde su implantación, desde promesas no cumplidas hasta denuncias y renuncias forzosas. Muchas gracias por la participación!