En defensa de la viola
Previous
RANDOM
Cómo memorizar una partitura: técnicas y consejos
Next
Pedagogía

Conservatorios Superiores: qué bajo hemos caído

by Miguel Rodríguez27 enero, 2016

Lo sé, esto parece el Día de la Marmota, siempre cargando las tintas contra la precaria situación de nuestros conservatorios superiores, pero es que este domingo nos hemos levantado con un articulo fantástico sobre este tema en El Español que hablaba alto y claro de las principales lacras del asunto que yo resumo en tres: Abandono, desigualdad y dejadez.

El tema del abandono nace en la extinta LOGSE, cuando se nos vendió la moto de que íbamos a tener nuestro propio espacio dentro de las enseñanzas estatales, ya que las artísticas se caracterizan por sus diferencias en necesidades y desarrollo del resto de carreras universitarias. Esto, visto con perspectiva fue un golazo que nos comimos, pero en su momento supongo que se debió de ver con buenos ojos y así quedó la cosa: Conservatorios Superiores – la mayúscula es a propósito – regidos por normas de instituto. Sé de lo que hablo, que estuve dos añitos en el Consejo Escolar y al menos un poco recuerdo. El caso es que eso quedó en un limbo administrativo en el que nos hemos estancado con todo lo bueno y lo malo que eso tiene. ¿Lo malo? Que no hay fondos, que no salen plazas, que los profesores no son doctores, que no hay autonomía universitaria, que no hay evaluaciones de la ANECA… ¿Lo bueno? Que los que están hacen y deshacen a su antojo, que si bien hay profesores fantásticos, hay otros cuya desfachatez y desvergüenza son reconocidos, que el sistema no se actualiza… en definitiva un caciquismo que queda retratado en el artículo con el caso del joven que, por no dar clases particulares con un profesor, no aprobaba la asignatura. Creo que todos hemos conocido casos similares, y lamentablemente la falta de pruebas y la lentitud de la administración hacen imposible terminar con este vicio.

La desigualdad en muchos sentidos: Cuando se reparten los recursos – tres alumnos de percusión en la misma cabina – cuando se piden becas o sin ir más lejos cuando la Universidad de Granada, con todo el derecho del mundo, dice que los Superiores, que administrativamente son institutos, no pueden dar un título igual al suyo. Esto ha dado lugar a que ahora mismo hay universidades ofreciendo títulos de grado y conservatorios superiores dando títulos equivalentes a grado. Y parecido no es lo mismo, caballero, que decían Les Luthiers. Probablemente en la oposición de turno el título valdrá igual, pero ¿por qué damos lugar a esta calamidad de situación? ¿Es que no hay lugar de arreglarlo? Sí, pero es que importa un pepino, lo que nos lleva al tercer punto: La dejadez.

Abandono, desigualdad y dejadez, las claves de los conservatorios superiores Clic para tuitear

Dejadez entendida como el pasotismo y la falta de interés, de la ignominia a la que se somete en este país a la cultura, sea la representación artística que sea. Una situación que, seamos claros, se perpetúa gobierne quien gobierne por una única razón: Que no importa. No a nosotros, sino a la sociedad en su conjunto. Ya escribí hace poco sobre la música en los programas electorales, prueba inequívoca de que pesamos poquito a la hora de tomar decisiones. Si mañana desaparece cualquier orquesta veremos un follón en facebook dentro del gremio, si acaso una recogida de firmas en alguna web, pero poco más  – y tenemos el caso reciente de La Coruña. De ruido mediático ni hablemos; un par de días y si acaso.

Pero no es plan de cargar la escopeta contra la administración y llorar por las esquinas. Es verdad que la infamia a la que estamos sometidos no tiene nombre, y que manda narices que desde los noventa estemos igual – igual de mal – con todos los cambios de gobierno que ha habido… pero sin embargo quizá los primeros culpables seamos nosotros. ¿Incómodo eh? Culpables por la desunión del gremio. Culpables por esa supercompetitividad, natural y necesaria, pero que nos lleva a hacer cualquier bolo mal pagado porque si no “lo hace otro”. Culpables por no denunciar las injusticias y los problemas que sufrimos, en unos casos porque estamos de paso – como en los conservatorios superiores – y en otros porque no tenemos apoyos para ello.

Dicho esto no quiero dejar mal sabor de boca a nadie. Pese a todo estamos disfrutando de la mejor generación de músicos de la historia de nuestro país, con representación en orquestas de todo el mundo y gran consideración hacia nuestro trabajo. Precisamente por eso hay que sacar pecho, poner en valor este resultado y hacernos oír, pues si luchando contra todo y contra todos para salir adelante conseguimos lo que conseguimos, ¿qué no conseguiremos cuando logremos cambiar el sistema?

Miguel Rodríguez
Fagotista, escritor y gestor cultural. Director técnico en la Barbieri Symphony Orchestra y colaborador en Conciertos Vitoria S.L.
6 Comments
Leave a response
  • Daniel
    27 enero, 2016 at 09:55

    No es un «artículo fantástico». Es un artículo con MUY poco trabajo. Preguntar a varias personas (cada uno con una visión parcial muy pequeña, en general) y poner lo que sueltan por la boca sin analizar realidades, causas y por tanto sin poder aportar soluciones.
    No digo que los datos sean falsos. Todo lo que se dice probablemente sea real. Pero no hay el trabajo periodístico suficiente para poder ver el problema en su totalidad.
    Ojo, no niego los problemas. Pero, por ejemplo, cuando se cita la Universidad como solución, habría que preguntarse, por ejemplo se si un artículo similar sobre la universidad no hubiera dado resultados iguales o peores?
    Mi experiencia al menos me dice que sí.

    Desgraciadamente me temo que las soluciones no son tan «fáciles». La solución es que desde arriba hasta abajo nos empecemos a tomar la educación superior en serio, no como una coartada para que unos jóvenes pasen de la juventud a la adultez y unos adultos tengan trabajo.

    • Miguel Rodríguez
      27 enero, 2016 at 10:31

      Totalmente de acuerdo contigo en lo de tomar conciencia Daniel, creo que es básico y así he intentado reflejarlo en el último párrafo del post. Nadie dijo que cambiar las cosas sea fácil, ¡pero hay que intentarlo al menos!

      Sobre el artículo de El Español, creo que está bien porque refleja situaciones, quizá un poco extremas, pero que sin duda sirven para ejemplificar esa dejadez que sufrimos. ¿Es la universidad la solución? Probablemente no a todo, pero es un punto de partida que creo necesario para salir del limbo legal en el que nos encontramos.

      Muchas gracias por tu comentario!

      • Álvaro Jurado
        27 enero, 2016 at 19:01

        Hola chicos.
        Comparto totalmente vuestras opiniones. Por un lado como dice Daniel, un artículo similar al de El Español sobre la universidad hubiese dado el mismo resultado. Yo soy de la opinión de que las enseñanzas artísticas superiores deben entrar en la universidad y creo que sería el primer paso para tener unas condiciones decentes en nuestro estudio. Habría que preguntarse el motivo por el que el alumnado no nos quejamos realmente, protesta firme y colectiva en toda España, que todos nos unamos y dejemos de estudiar por un rato.
        Uno de los grandes problemas por los que no podemos entrar en la universidad es que los profesores, como dice Miguel, no son doctores. Pues bien, en Vigo tenemos ya 17 doctores (creo) en el claustro y más que habrá. Pero es pez que se muerde la cola ya que la carga lectiva del profesorado es muchísima y por ello no tienen tiempo a investigar. (También es cierto que algunos docentes ni lo contemplan). En Vigo, la situación supone que haya un master muy interesante en Artes Escénicas que asume la Facultad de Filología de la UVigo, porque el conservatorio no tiene tal competencia…
        Este es un tema tan interesante como inconcluso. Debemos aprovechar este momento de incertidumbre política para salir a la palestra.
        Gracias por tu artículo, muy interesante.

  • Daniels Jack
    27 enero, 2016 at 15:07

    Las autoridades han descuidado los centros públicos al tiempo que han autorizado, en Madrid, 4 centros superiores privados. Se ha quejado alguien? No, porque los que deberían quejarse trabajan en los centros privados y a lo mejor les interesa que lo público no funcione…

  • Pablo Diaz
    27 enero, 2016 at 18:46

    ¿La universidad la solución? Está claro que no. Su endogamia es consuetudinaria y conocida por todos. Por otra parte ¿ cuantas universidades españolas están entre las 200 mejores del mundo? Ninguna. Ese artículo que calificas de fantástico me parece un panfleto , ejemplo de que incompetentes los hay en todos los ámbitos , incluido el periodismo. Podemos hacer artículos parecidos de cualquier profesión porque ineptos los hay en todas partes y corruptos ni te cuento. Centrándonos en el ámbito educativo échale un vistazo a la situación en primaria o secundaria, con profesores que dan clases de asignaturas de las que no tienen titulación pero son «afines»y te encontrarás a un biólogo dando matemáticas y a un filólogo dando historia… Ole. Y no son casos aislados sino que es habitual en cualquier centro. Lo de las clases particulares pues mira a ver los doctorados que se dan en la universidad y como se dan.¿Que hay que mejorar las cosas ? Si, pero la anécdota no es la norma y hay centros que funcionan con claustros competentes , honestos y trabajadores.

  • Armando Toledo Aribú
    28 enero, 2016 at 21:55

    Por qué no tomamos ejemplos de otros sistemas e intentamos copiarlos? Ah no, es que la verdadera lacra de la enseñanza en España se llaman «FUNCIONARIOS» y eso es lo que lastra la calidad de la enseñanza española. Aceptar el echo de que tienes el puesto de trabajo garantizado de por vida, independientemente de tus resultados como profesor, es un verdadero sin sentido. Por qué en una comunidad autónoma como Galicia hay dos conservatorios superiore si con uno basta? Y así en el resto del país, por ejemplo. En un País como Austria la enseñanza, da igual cuál sea, es totalmente gratuita, los profesores de la universidad de la música son instrumentistas de prestigio, ya sean solistas o músicos de las principales orquestas de la capital y muchos otros que acceden a través de una prueba para ocupar dicha s plazas de profesorado. En Austria por ejemplo no hay conservatorios de grado medio, hay escuelas de música estatales y privadas en las cuales los niños se preparan desde edades tempranas y después hacen la prueba de acceso a la universidad en la cual se estudia el Bachellor y después el Master. Hay dos ramas de especialización, la interpretativa y la pedagógica, pudiendo hacer las dos. En fin, hay mucho que aprender de otros y no mirarnos el ombligo constantemente.
    Si esta es la mejor generación de músicos españoles que tenemos es porque ahora hay más oportunidades de estudiar fuera y tener otros conocimientos que estaban fuera de nuestro alcance y tener la oportunidad de ver y de aprender del alto nivel que hay fuera de España, desde luego si estudias toda la carrera en España y no te empapas de otras cosas tendrás futuro en una oposición a un conservatorio y destrozar a las generaciones venideras pero nada más.

Leave a Response

*