¿Eres profesor o te interesa la pedagogía?
Te mantendremos informado de todas las novedades de la sección. ¡Déjanos tu email!
Acepto la Política de Privacidad
Mira que te lo habías propuesto. Respirar mientras tocas. Porque sabes que te sientes mejor, y porque tu sonido es más abierto, más lleno.
Y aquí está de nuevo. Te olvidaste.
Tal vez te empieces a dar cuenta de que los buenos propósitos no te están ayudando a conseguir tus objetivos.
Pero no te desanimes, estás en buena compañía. Nos pasa a muchos.
Los buenos propósitos para cuando estamos tocando dividen nuestra atención – tenemos que pensar en ellos para cumplirlos.
Como en nuestro ejemplo: tenemos que pensar en respirar mientras estamos tocando.
Pero no va a funcionar: pensar en otra cosa mientras hacemos música nunca nos permitirá estar completamente presentes durante la actuación. Y además, no es divertido.
Para que funcione, no puede haber una sola acción paralela a la música. Todo ha de estar integrado en la música o en nuestra forma de tocar. Para que nuestra atención esté al 100% donde la queremos: en la música.
¿Cómo, pues, podemos integrar la respiración en nuestra manera de tocar?
En vez de centrarte en el fin (respirar mientras tocas), prueba de experimentar con uno de los factores de la respiración: una mandíbula y lengua relajadas, y los labios relajados.
Integra la respiración en tu forma de tocar con estos sencillos pasos Clic para tuitear
Este es un ejercicio del Método Resonancia para una mandíbula relajada:
Ahora, con esta sensación, empieza a tocar. No intentes que salga perfecto, sólo toca y siente la mandíbula relajada.
Mientras vas tocando, tal vez tu tendencia sea la de fijar los labios y la mandíbula de nuevo.
Y nota cómo cuando entreabres los labios un poco, tu cuerpo vuelve a hacer una respiración. Le estás permitiendo hacerlo. No lo estás haciendo tú.
Mientras tanto, puede que tu manera de tocar esté un poco estorbada, hayan notas falsas, etc. Pero tal vez sientes una cierta libertad, e incluso liberación, entre todo el caos.
Con el tiempo, puedes aprender a integrar esta sensación y que forme parte de tu manera de tocar. Una posibilidad sería repetir el ejercicio cada día antes de estudiar.
Cuando el cuerpo integra algo, no hay nada en qué pensar. Nada está separado de la música, y tú estás ahí, 100%. Esto vale la pena dedicarle tu valioso tiempo de estudio.
Y esto es lo que buscamos los músicos. El tema aquí no es respiración. El tema es libertad en el escenario. Queremos esta libertad, 100%, no importa lo que esté en juego. Queremos poder dar la talla y no sufrir bajo la presión. E incluso, tal vez… disfrutarlo. 🙂