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Quizá sea por el sentido de la responsabilidad, los hijos o las canas. Lo cierto es que cuando llegamos a la treintena, deja de interesarnos la actualidad musical y nos agarramos a «nuestros» grupos y canciones de siempre. A partir de ahí, se acabó el seguir descubriendo música nueva, ya no interesa. Lo afirma un estudio de Skynet & Ebert al que han llamado ‘Music was better back then’ (que podríamos traducir por “La música era mejor entonces”).
Para llegar a esta conclusión se han basado en datos de usuarios de Spotify de EE.UU. y de la compañía de análisis The Echo Nest. Spotify ofrecía información de las veces que un usuario había escuchado a un artista concreto y se comparaba con el rango de popularidad establecido por The Echo Nest. De esta forma se pretendía obtener la media de edad y el perfil demográfico de los fans de cada grupo o cantante. Entre los datos obtenidos se podría concluir:
Si con 30 años todavía estamos en plena juventud, ¿por qué se produce ese cambio en nuestro interés por las novedades musicales del momento? Pues hay dos razones que lo explican:
La investigación destaca que es un efecto que le ocurre sobre todo al género masculino.
Aquellos que son padres, dicen que es una de las experiencias más maravillosas que puede vivir el ser humano, pero que conlleva ciertos sacrificios personales, como dormir poco, tener menos tiempo para uno mismo, el centro de tu vida es un bebé y no tu pareja… pero además, dejas de escuchar “tu música” y tus mayores hits pasan a ser las melodías de los Cantajuegos, Parchís o las bandas sonoras de películas Disney.
En Spotify, según la investigación, existe una infinidad de usuarios en edad de ser padres que han creado listas de streaming de canciones para niños y ocurre tanto en hombres como en mujeres. Según estos datos, el hecho de tener hijos envejece nuestros gustos musicales alrededor de 4 años. El estudio va más alla y afirma que las personas que son padres, siguen todavía menos la actualidad musical que otra persona con su misma edad sin hijos.
A veces es mejor dejarse guiar por la sabiduría popular y aplicar aquello de más vale malo conocido que bueno por conocer. ¿Has experimentado tu envejecimiento musical o sigues teniendo espíritu adolescente? ¡Cuéntanoslo!