V Motion Project: la música cobra vida
La combinación entre música e imagen siempre ha deparado resultados sorprendentes pero V Motion Project consiguió elevar esta sintonía a su máxima expresión.
Las raíces de V Motion Project
En 2012, una conocida marca de bebidas energéticas puso en marcha un peculiar proyecto para promocionar su producto estrella. Con objeto de transmitir la idea de que la bebida era una fuente de vitalidad y diversión, la empresa contrató a profesionales de la música electrónica y la programación para crear un montaje audiovisual sin precedentes. V Motion Project explotó las posibilidades de una herramienta digital como Kinect junto con efectos visuales impresionantes.
La puesta en marcha del proyecto requirió la colaboración entre algunos de los referentes del sector de la música electrónica y especialistas en los controladores remotos de Kinect. Un músico fue totalmente digitalizado para convertirse en un personaje sobredimensionado, de brillante color verde y que respondía en tiempo real a todos sus movimientos. De este modo, ese músico hacía música en directo con simples movimientos de sus extremidades, dado que cada gesto activaba un sonido o efecto.
El aspecto tecnológico
Como puede verse en el vídeo de más abajo, V Motion Project es un desafío tecnológico único. Los controladores Kinect reflejaban los movimientos del artista pero planteaban importantes obstáculos en cuanto a la velocidad. El equipo desarrollador solucionó el problema procesando la imagen y el sonido con dos apartados distintos pero sincronizados, de tal manera que la imagen verde lograra la ansiada inmediatez en todos sus movimientos. Los controladores llegaron a desarrollar un sistema específico, BiKinect, para lograr los resultados deseados.
La idea subyacente era demostrar que la tecnología está, literalmente, al alcance de la mano, generando un vídeo real y no un montaje en el que un profesional ajusta sus movimientos a las variaciones de la música. De ahí que el ‘making of’ fuera tan importante para probar que era el artista el que guiaba la música y no al revés, dejando a los espectadores con la boca abierta. La puesta en escena, con la figura de gran tamaño dentro de una esfera, contribuye a causar una honda impresión.
Posibles aplicaciones más allá de la música electrónica
V Motion Project consiguió mucho más que probar la posibilidad de hacer música a distancia (y vender, de paso, más bebidas). La labor de desarrollo de nuevas tecnologías y de sistemas de control remoto abren la posibilidad de ampliar las aplicaciones de BiKinect allende las fronteras de la música electrónica. Al fin y al cabo, los montajes tecnológicos están a la orden del día (aunque no con esa precisión).
¿Puede usarse esta tecnología para crear música comercial al uso? ¿Es posible adaptar los controladores a la música clásica? Se trata de dos grandes interrogantes que, en última instancia, pondrán a prueba la capacidad de la industria musical para innovar. ¿Afectará ello a la interpretación musical convencional? Por ahora, estamos simplemente ante una experiencia netamente electrónica. El paso del tiempo nos dirá dónde se sitúan realmente sus límites.