¿Eres profesor o te interesa la pedagogía?
Te mantendremos informado de todas las novedades de la sección. ¡Déjanos tu email!
Acepto la Política de Privacidad
Siempre que asistimos a un concierto buscamos como público una buena interpretación que nos haga sentir emociones, que nos haga disfrutar de la música en estado puro pero ¿qué pasa cuando acudimos con estas expectativas y el resultado es bien diferente? ¿De qué depende que una interpretación nos guste más que otra? Por supuesto que dependerá de muchos factores pero uno muy importante que debemos tener en cuenta es la presencia en el escenario.
¿Qué podemos entender por presencia en el escenario? No es fácil definir esta expresión sin controversia pero si pensamos en una actitud corporal adecuada, con movimientos corporales no exagerados que se adapten a la interpretación, seguramente estaremos ante un intérprete mucho más expresivo. Una correcta posición y un desarrollo de los movimientos del cuerpo con estilismo, de manera natural y sin tensiones le darán al público una sensación de tranquilidad y de dominio de la técnica.
Cuando vemos a un intérprete que todavía cursa sus estudios en el conservatorio superior siempre lo excusamos como público pensando que se encuentra en un proceso de aprendizaje si la interpretación ha sido buena pero no nos ha hecho disfrutar demasiado, pero ¿qué intérprete no lo está? Sea cual sea su momento vital el intérprete siempre ha de cuidar la presencia en el escenario. Lo visual es muy importante, sobre todo en los tiempos que corren, y además tener plena consciencia de todo el cuerpo mejorará todo lo que se oye en la sala de conciertos. Esto forma parte evidente de la técnica y dependerá de nuestro profesor trabajarlo en mayor o menor medida pero debemos tener en cuenta que salir a un escenario y tocar las notas y marcharse no es precisamente la idea que tiene el público de un concierto.
Trabaja la expresión corporal para mejorar tu presencia en el escenario Clic para tuitear
No sólo está la expresión corporal adecuada a la música sino que podemos y debemos ir más allá cuando hablamos de presencia en el escenario. Si pensamos en los conciertos a los que hemos asistido como público siempre recordamos con mejor opinión aquellos en los que el intérprete ha interactuado de alguna forma con nosotros. No es necesario que el intérprete le hable al público pero qué duda cabe que cuando la persona que está tocando nos ofrece alguna frase explicativa o anécdota de la obra nos predispone a escuchar con mayor atención. A parte de esto, entendamos por interactuar el mirar al público cuando aplaude, saludar con expresión de agradecimiento y sonreír. Es sorprendente ver a jóvenes intérpretes que no muestran ninguna madurez como músicos por su poca expresividad ni siquiera en el momento de saludar. La sonrisa de un intérprete no sólo denota alegría por parte de éste sino seguridad en sí mismo a la par que agradecimiento por el aplauso.
La presencia en el escenario, la actitud ante el público está llena de detalles que marcan la diferencia entre un buen y un gran intérprete. La duda es ¿por qué no se trabaja esta parte de la interpretación en la clase de instrumento? Volvemos a estar a expensas de nuestro profesor y de su decisión de trabajar en este sentido o no, sin ningún tipo de respaldo oficial al no existir como objetivo específico de la asignatura. Dentro del diseño curricular de los conservatorios superiores en el itinerario de interpretación no existe ninguna competencia específica que se adecue a este punto tan importante. Lo único que podemos encontrar es una competencia que dice textualmente «conocer las implicaciones escénicas que conlleva su actividad profesional y ser capaz de desarrollar sus capacidades prácticas». De este enunciado cada uno podrá sacar sus propias conclusiones.
Tanto si somos profesores como alumnos, hagamos el esfuerzo de insistir en la situación escénica. Trabajar todos los detalles de un concierto dará mayor seguridad al intérprete a la vez que el público disfrutará mucho al vernos como músicos con madurez interpretativa. No olvidemos mirar y sonreír, disfrutar es la mejor manera de que el público disfrute.
Sonríe, el público siempre te lo agradecerá Clic para tuitear