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La Educación Musical actual muestra que es posible la consecución de una globalización educativa dando lugar a una situación de aprendizaje funcional, significativa y atrayente para el alumnado siempre que haya como sustento un paradigma educativo flexible, consistente en un aprendizaje activo por parte del discente, además de fomentar una equidad entre pragmatismo y formalismo y sobre todo crear un vínculo entre persona y música.
Dentro del ámbito educativo, cuando se menciona la palabra flexible se alude a una educación que está ligada a un Currículum pero que no está cerrada en cuanto a metodología, tratamiento al alumnado, y es susceptible a realizar modificaciones si fuera necesario huyendo de cualquier aspecto en que prevalezca únicamente la norma y no tenga cabida la reflexión, la coherencia y un sentido educativo fundamentado en las vivencias del propio alumno.
Uno de los factores en que se fundamenta este paradigma educativo flexible es en el desarrollo del aprendizaje significativo.
El aprendizaje significativo es un proceso que se puede definir como el resultado de la interacción entre los conocimientos previos y los conocimientos nuevos, que va a dar lugar a una funcionalidad en la vida cotidiana del individuo. Los aprendizajes adquiridos de forma significativa forman parte de la memoria a largo plazo ya que no sólo se aprendieron de forma mecánica a través de la repetición, sino que forman parte de la propia persona a través de la propia vivencia del individuo. Dicho aprendizaje se producirá cuando podamos dotar de significado al contenido nuevo a aprender. Este aprendizaje abarca una metodología abierta utilizando todo tipo de recursos materiales con la finalidad de dotar de sentido esos contenidos a aprender por el discente .
Otro de los aspectos en que se apoya este paradigma educativo flexible es la equidad entre la teoría y la práctica, un equilibrio entre el pragmatismo y el formalismo. Regelski (2007) señala que el formalismo en la música:
Es en sí el resultado de la tendencia racional de la Ilustración a analizar la música en sus supuestos elementos constituyentes. Por ello, la melodía, armonía, metro de compás, timbre, forma…son llevados como elementos independientes y cuyo conocimiento y percepción se proponen como necesarios para una respuesta estética inteligente.
El formalismo es un paradigma que se centra en aspectos formales de la música como sus características: melodía, armonía, compás etc. Dicho concepto es esencial dentro de la Educación Musical, ya que en él se encuentran implícitos dos aspectos claves como son la teorización y la simbolización. En este caso el formalismo se aborda desde un plano totalmente educativo, basado en una perspectiva centrada en conocimientos lógico formales. La teorización y la simbolización, complementadas con la percepción y la expresión, términos que se pueden englobar dentro del pragmatismo, harán posible la consecución de una Educación Musical global. Es decir, el pragmatismo y el formalismo forman un proceso conjunto, inseparable e indispensable en la Educación Musical. La Educación Musical no se puede abordar sin pasar por los aspectos lógico formales, pero no sólo la Educación Musical, sino en la educación de forma general, un ejemplo de ello es que no se puede aprender a sumar, sin antes conocer los números, el hecho de conocer los números, es un formalismo.
Otro ejemplo sería el aprender a leer, para ello lo primero de todo será saber las letras, ello implica una teorización cuando me las enseñan, cómo es su forma, cómo se representan y después vendrá la capacidad que tengo de simbolizar esa teorización, cómo plasmo simbólicamente lo aprendido. Este segundo punto sería la simbolización. El formalismo en Educación Musical, no tiene porqué llevarse a cabo como primera parte de este proceso, podemos invertirlo y utilizar el pragmatismo como primera parte de este proceso. Un ejemplo gráfico, sería que para enseñar al alumno a interpretar dos corcheas y una negra, en lugar de empezar explicándole cómo se representa gráficamente cada una de estas figuras y su valor, directamente yo lo cantaría y después que el alumno lo repitiera, y después el solo sin mi ayuda lo interpretara. Como podemos observar, hay una relación fundamental y necesaria entre lo formal y lo pragmático, esa relación es un factor clave para una Educación Musical sólida, eficaz y global. Matizar que únicamente el plano intelectual en la música no es lo completo, lo completo será esa unión inseparable y necesaria entre el plano intelectual y el plano vivencial del propio alumno.
Una educación musical global vertebrada por un paradigma educativo flexible Clic para tuitear
La Educación Musical abarca distintos aspectos interdisciplinares además de la propia percepción y expresión musical. Por tanto, hemos de tener en cuenta que es un proceso educativo cuya base es la música pero para llegar a ello se abordan distintos ámbitos como: la lengua oral, lengua escrita, competencia matemática, además de la capacidad de socialización del alumno. No sólo hay que evaluar el propio resultado que ha conseguido el alumno, sino todo el proceso que lleva consigo. Si bien decíamos que para conseguir una Educación Musical global, ha de existir un proceso conjunto, inseparable e indispensable como es la unión del pragmatismo y el formalismo, es importante que se tenga en cuenta la música como proceso y no sólo como resultado. Una Educación Musical global se basa en la teorización, simbolización, expresión y percepción, por lo tanto la evaluación no sólo ha de centrarse en que el alumno simbolice bien esa teoría que ha aprendido, sino también en que sepa expresarla de forma correcta. Un ejemplo de ello sería la importancia de que el alumno sepa leer un pentagrama e interpretarlo rítmicamente, como que sepa expresarse oralmente y por escrito de forma adecuada si se le pregunta algún concepto musical. Por otro lado, además de esa equidad entre proceso y resultado, importante citar aspectos relacionados con la metodología a la hora de evaluar, utilizando registros variados no cerrados, sino abogando por una evaluación cualitativa y cuantitativa de carácter continua donde existen valores y actitudes además de aptitudes.
De modo que si la Educación Musical, tiene como núcleo un paradigma educativo flexible: equidad entre pragmatismo y formalismo, música como proceso y resultado, además de un aprendizaje significativo abierto y no unidireccional, se podrá llegar a la consecución de una Educación Musical global que permitirá un vínculo entre música y alumno fomentando una Educación Musical atrayente, funcional y significativa.
Para concluir, mencionar que partimos ya de un aspecto clave que facilita ese paradigma educativo flexible, y es que al propio alumnado le agrada y le importa la música estando vinculado a ella a diario por medio de soportes varios: medios de comunicación, soportes digitales entre otros.
Por otra parte muchos docentes creemos en la importancia de educar en el arte y se aboga por una Educación Musical que fomente en el alumno el gusto por la música en un futuro más que un aprendizaje únicamente académico.
Es importante perseguir una Educación Musical basada en el arte que desarrolle la creatividad, espontaneidad, fomentando el ámbito humano de la persona, así como no recayendo toda la importancia en aspectos conceptuales, sino además forjando un lazo, un vínculo entre música y discente para que esa relación persona – música siga viva.
Además de la actitud y tratamiento de los docentes hacia la Educación Musical y del vínculo de los discentes con la música a diario (pudiendo ser en mayor o menor grado pero sí existiendo ese vínculo), también hemos de tener presente que la experiencia permite vivenciar que el uso de aprendizajes, metodologías y estrategias de carácter significativas crean: motivación, interés, participación activa del alumnado además de agrado por la música en los alumnos. Se puede verificar que en actividades en que el alumno es un participante activo, además, se le facilitan recursos didácticos diversos, y la propia metodología posee un carácter lúdico y dinámico trabajando en grande y pequeño grupo, hará que el alumnado esté motivado y se sienta totalmente inmerso en la actividad, creando un clima de confianza en el aula. Repercutiendo además en que si el alumno está motivado, su atención incrementa, sin dejar de lado la energía que el alumnado desprende si mezclamos todos los ingredientes como son: la motivación, participación activa del alumnado, recursos, estrategias y metodologías dinámicas y significativas. Así pues, si tanto para docentes como para discentes es importante la música, y la experiencia vivenciada muestra que usando ciertas estrategias y metodologías el alumno disfruta cuando está en contacto con música, es posible crear un paradigma educativo flexible para que este gusto por la música del alumnado y en definitiva esta unión entre persona y música, no desaparezca, sino todo lo contrario, sea permanente y sólida.
De modo que si docentes y discentes caminan juntos por un camino llamado paradigma educativo flexible, llegarán a un destino cuyo nombre será Educación Musical global, dicho destino será atrayente, funcional y significativo, haciendo que el alumno repita ese viaje ya que existirá un vínculo entre música y alumno. Se reúnen todas las condiciones, para llevar a cabo una Educación Musical global basada en un paradigma educativo flexible. Con la Educación Musical de Primaria, no vamos a crear músicos, nuestra labor es desarrollar en el discente un agrado por la música, consiguiendo una apertura del alumno respecto al aprendizaje musical forjando una unión entre persona y música, que podrá ser con un fin profesional o no profesional.