En la ópera el tamaño no importa
Si pensamos en ópera una de las primeras imágenes, si no la primera, que nos vendrá a la cabeza será la de cantantes entrados en carnes. Es más, la mayoría de nosotros tenemos grabada la idea y, seguramente estemos convencidos de ello, de que para ser un buen lírico hay que estar gordo y que cuantos más kilos tiene el intérprete, mejor canta. Podríamos poner, incluso, clarísimos ejemplos como Luciano Pavarotti o Montserrat Caballé.
Pero la verdadera realidad es que no tiene nada que ver una cosa con la otra. De hecho no hay ningún estudio científico que haya podido demostrar que el peso del cantante mejore la proyección de la voz o que permita controlarla mejor.
La raíz del mito
En la época del Renacimiento (entre los siglos XV y XVI), se creía que para cantar bien era necesario tener una caja torácica grande y por tanto un cuerpo grande también. Pero hay que tener en cuenta, que en aquel momento sólo los hombres tenían permitido actuar y, por lo general, solían pesar más que las mujeres. Es posible que la relación entre cantar bien y gordura provenga de ahí.
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La verdadera realidad sobre la gordura de los cantantes de ópera, es que hay tres afirmaciones que hemos creído desde siempre y que no son ciertas:
- LA CAJA TORÁCICA: Al tener un cuerpo grande, su caja torácica también lo es. Pero la verdad es que no se ensancha ni encoge al engordar o al adelgazar, sino que el tamaño siempre es el mismo. Sólo sube o baja la cantidad de músculo y grasa corporal
- CUERDAS VOCALES GRUESAS: Como tienen más masa corporal, sus cuerdas vocales están en proporción al cuerpo y puede crear más sonidos. Eso tampoco no es cierto, ya que el grosor de las cuerdas vocales depende la genética
- TODOS LOS GORDOS CANTAN BIEN: No es una norma. Tan bien cantaba Luiano Pavarotti como lo hace Josep Carreras, que es de constitución delgada. El mejor ejemplo es el caso de Deborah Voigt. Voigi fue rechazada en la ópera Ariadna y Naxos precisamente por pesar 120 kilos, ya que no encajaba en el papel. Después adelgazó y sigue teniendo el mismo talento para la lírica.
Para ser un buen cantante no hay que coger kilos, ya que lo único que vamos a conseguir de esta forma es deteriorar y trastocar nuestro organismo con una aportación de grasa. La única y verdadera forma de llegar a ser un lírico excepcional es practicando la técnica del canto, de la misma forma que cuando se aprende un instrumento.
¿Todavía sigues pensando que hay que ser gordo para tener buena voz?