No son los «Fruitis» es una orquesta de verduras
Ni metales, ni maderas, ni arcos, ni cuerdas… sólo zanahorias, puerros, berenjenas o tomates. Y no son las verduras que les tira el público para protestar después de la actuación, sino que esas, las hortalizas, son la materia prima de una orquesta que no tiene nada que ver con las tradicionales. Hablamos de la Orquesta de Verduras de Viena (Austria) que lleva sorprendiendo al público desde 1998.
Ellos se sientan ante el atril con sus zanahoria-flauta, calabaza-bajo, un pepífono o apios-bongo, que ellos mismos construyen para cada actuación. Estos instrumentos tienen la particularidad de que son perecederos y, gran parte de ellos, acabarán en la cazuela del cocinero de la orquesta, quien prepara sopa de verduras que se reparte entre el público al final de los conciertos. Por ello no creen que estén malgastando alimentos que podrían dar de comer a otras personas, todo lo contrario. Aseguran que sus materiales son 100% biodegradables y que su fabricación requiere menos energía y menos recursos que los tradicionales.
LUTHIERS EN EL MERCADO DE VERDURAS
Para fabricar sus instrumentos seleccionan muy bien la materia prima: zanahorias, puerros, apios, alcachofas, piel de cebolla y calabazas. Es imprescindible, aseguran, que sean verduras frescas y de calidad, porque si no, corren el peligro de que se rompan en mitad de un concierto o en una grabación. Dependiendo del tipo de instrumento que se vaya a construir precisan de un tamaño u otro. Por ejemplo, una zanahoria para baqueta de tambor debe ser lo más grande posible, pero para construir una flauta es mejor que sean medianas y rectas.
Sí, es cierto que verduras hay en todas partes y los componentes de la Orquesta de Verduras suelen acudir a comprarlas a los puestos de los mercados de las ciudades en las que actúan, aunque en algunos lugares no es tan fácil de encontrar la variedad exacta que la música vegetal requiere.
Y una vez elegido el material, comienzan a construir sus instrumentos habituales o a crear otros nuevos. Aunque parezca muy fácil, se necesitan 30 minutos para transformar una zanahoria o unos minutos más si se intenta ahuecar un apio, un trabajo que es de los más complicados, aseguran.
SONIDO VEGETAL
Ningún concierto suena igual, porque la música de esta Orquesta depende del instrumento fabricado para cada actuación. Además, a esto hay que añadir que durante las actuaciones, el sonido de cada instrumento va cambiando mientras se está en directo. Le afectan especialmente la temperatura del escenario y el calor de los focos, que seca las verduras.
Pero no hay barreras a las hortalizas, no hay estilo con el que no pueda esta orquesta. Se han atrevido con la música clásica, la electrónica, el jazz y hasta con beat, el house o noise. Hay que destacar que prácticamente todas las piezas que interpretan son composiciones creadas dentro del grupo.
Tal ha sido el éxito que ha adquirido esta particular Orquesta que además de ofrecer más de 25 conciertos cada año por todo el mundo, ya han publicado hasta tres CD´s: “Gemise”, “Automate” y el último “Onionoise”.
La Orquesta de Verduras de Viena está formada por 13 personas que provienen de distintas ramas artísticas como la poesía, el diseño, músicos, artistas visuales y multimedia o escritores y entre todos toman todas las decisiones que dirigen la agrupación. Eso sí, que quede muy claro que ni son vegetarianos ni son veganos, porque están hartos de contestar a esta pregunta.
¿Qué te ha parecido la historia de la Orquesta de Verduras de Viena?