¿Qué micrófono necesito?

by SocialMusik5 febrero, 2016

El micrófono es uno de los artículos más sensibles en cualquier actuación musical pero se tiende a considerarlo como una única categoría a pesar de la gran variedad de tipos.

El micrófono, así funciona

Desde los comienzos de la música como espectáculo público, se han sucedido distintos avances técnicos encaminados a ampliar el alcance del sonido. En un primer momento, la atención se centró en la forma de los auditorios y anfiteatros, alcanzando su máxima expresión en la civilización grecolatina. Habría que esperar hasta el s. XIX para que se desarrollara un dispositivo que lograra amplificar directamente los sonidos.

A partir de la década de 1920, el micrófono adquiere las características básicas que lo siguen definiendo en la actualidad. La sección más externa es la carcasa, encargada de proteger los componentes más delicados. El siguiente elemento es la cápsula microfónica, que se encarga de transformar la energía acústica en energía eléctrica para enviarla al altavoz (que realiza la función inversa). Finalmente, el diafragma es la fina membrana que recibe las vibraciones del sonido. Está protegido por una rejilla.

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¿En qué debo fijarme para escoger un micrófono?

Las características principales anteriormente recogidas no implican que todos los micrófonos tengan las mismas aplicaciones. En virtud del tipo de uso que se vaya a dar a este dispositivo será conveniente optar por modelos de una u otra clase. Así, el primer aspecto a tener en cuenta es si se va a utilizar para amplificar voces o sonidos producidos por instrumentos. Estos últimos tienen que ser algo más sensibles.

Ligado a lo anterior, el grado de sensibilidad es también de una gran relevancia. Esto no se refiere únicamente a si se le va a dar un uso profesional o solo como aficionado, sino a la cantidad de matices que deben captarse. Un grupo de rock, por ejemplo, requerirá una menor sensibilidad en sus micrófonos que una orquesta sinfónica. Dicho de otro modo, si el dispositivo tiene que amplificar un tipo de música con muchos matices dinámicos (con altibajos en la intensidad del sonido) deberá ser lo más preciso posible.

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Aunque la mayoría de micrófonos suelen ser ya inalámbricos, esto no tiene por qué ser un requisito indispensable salvo que se requiera para una actuación en directo por parte de un vocalista. El cantante tendrá una mayor libertad de movimientos sobre el escenario si no tiene que preocuparse por los cables. No obstante, en los conciertos más estáticos (como los sinfónicos) los micrófonos que cuelgan del techo o que permanecen siempre en la misma posición suelen captar mejor los matices de la música.

Tipos de micrófono: pros y contras

Los micrófonos se clasifican en distintas categorías según su estructura. En primer lugar, los dinámicos son los más populares por no requerir de una fuente de alimentación propia y por ser los más asequibles en cuento a precio (constan de una bovina de cable y un imán). También son económicos los micrófonos de carbón o carbono, con trozos de carbón en torno al circuito eléctrico. Están considerados de los más resistentes pero su precisión es un tanto baja.

El micrófono de condensador destaca, en cambio, por su elevada sensibilidad. Son, eso sí, bastante caros pero los profesionales no quieren usar otros. El condensador almacena electricidad y permite que las ondas del sonido se emitan nada más percibir las vibraciones de la voz o del instrumento. También excepcionalmente precisos son los micrófonos de cinta. Estos dispositivos mantienen el imán central pero incluyen una cinta de metal que vibra al más mínimo sonido.

Por último, el resto de tipos de micrófono no suelen ser demasiado utilizados en ninguna circunstancia porque han sido superados técnicamente. Hablamos de los micrófonos de cristal (que además son muy delicados) o de los líquidos. Los micrófonos Electret son relativamente habituales en los ordenadores y las grabadoras, pero no tanto con fines musicales.